Taller de pintura: La Gran Reina Khalida Neferher

Y cada vez, ella envía una muestra de su cariño, de una prima a otra. Un mechón de su cabello, un libro de poemas de un filósofo conocido nuestro, la corona de Lahmia quitada de la cabeza de su esposo, el amuleto de Asaf robado de mi cripta, o… una espada que usó para derramar mi sangre. No hay magia en esto. No es más que acero viejo y mal cuidado; sin embargo, sigue afilado. Lo robó para hacerme saber que habíamos comenzado de nuevo con el juego anterior. Es un regalo de un jugador a otro. Una señal de que ella no me ha olvidado, y para asegurarse de que yo no la olvide. En todo el mundo, a lo largo del largo corredor de los siglos, solo ha existido este juego. Y ella ha sido mi única oponente. Antes tenías razón, en las murallas, cuando dijiste que eras una marioneta. Pero no del destino… Eres su marioneta, su peón, y esta es su táctica.

–Khalida Neferher, hablando con Nitotris, vástago de Neferata.